El siguiente paso es encontrar la propiedad. Para esto se coordinó con los familiares en Colombia, ellos comenzaron a hacer la exploración de las zonas de interés, a revisar precios. El plan consistía en que la familia visitaba los apartamentos, hacia una preselección y luego, durante una visita que los compradores planificaron a Colombia se volvían a visitar las propiedades para finalmente tomar la decisión de cual comprar. La familia sabía de antemano el presupuesto y tenían indicaciones básicas sobre el sector y el apartamento.
Aparentemente no funcionó exactamente como se esperaba, los lugares preseleccionados no eran del todo apropiados para la necesidad de los compradores, a pesar de que cuando nuestros amigos llegaron a Colombia tuvieron varias citas, pero nada concreto; en todo caso ellos estaban preparados para continuar la búsqueda y se dieron a la tarea de recorrer las zonas de interés buscando avisos, revisando el internet y cuanta publicación estuviera disponible: revistas de inmobiliarias, periódicos, etc. Se hicieron nuevas citas y nuevas llamadas, a veces los apartamentos estaban fuera del presupuesto, el sector no era bueno o simplemente el apartamento no era del agrado de nuestros amigos. En eso pasaron 4 días dedicados 100% a la búsqueda de un apto. Finalmente encontraron uno que les pareció interesante, negociaron el precio y llegaron a un acuerdo con el propietario. Al día siguiente se hizo la promesa de compra venta y se entregó un anticipo para formalizar el negocio.
Pero queda algo pendiente aún: el pago del apto. Esa si que es todo una historia porque implica giros de divisas a Colombia en cantidades mayores a USD 20000, y lo que puedo adelantar es que fue toda una odisea.
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